Sueña con los pies en la tierra

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No sueñes.

Eso no es real.

La vida es de otra manera.

Los cuentos son sólo cuentos.

De la fantasía no se come.

Y de tanto repetir estas cosas, te las crees. Dejas de ver la magia en una mirada brillante en el metro. Pasas por alto el radiante esplendor de una sonrisa. Te  fijas en aquello que has aprendido tan bien. Partes importantes de tu labor diaria son un sinónimo de la palabra “carga”.

Así conviertes unas maravillosas posibilidades de concreción en una rutinaria sucesión de acontecimientos planificados de antemano. Nos transformamos en seres productivos que ya no saben ni lo que producen. El trabajo muta en un lastre porque “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. ¿Cómo se puede dar la vuelta a la tortilla? Soñando.

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Un soñar que no sea evadirse. Un sueño con los pies en la tierra. Porque no es una vía de escape, es una manera de llegar al lugar que deseas. De convertirte en una persona completa. De hacer que tu faceta profesional esté llena.

Incorpora en tu vida las cosas que te hacen ilusión. No te dejes nada en el tintero. Apura tus pasiones. Sé fiel a tus aficiones. Establece tus necesidades y tu calendario ideal compatible con tu carrera. En caso de que lo cortes, el profesional se quedará cojo, pero sé inteligente, porque si únicamente  te vuelcas a tus pasiones… ¿qué valor te das como trabajador? A no ser que las pasiones se conviertan en tu trabajo.

La tarea de ganarse el pan se puede convertir un placer. Si obtenemos placer en otros planos de la existencia podemos exportarlo a este área.  Eso no quiere decir que si te gusta cantar vayas a empezar tu presentación ante el consejero delegado con un temazo de la radio. Pero, ¿por qué no te la pones en el coche camino de la reunión?

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Esa incorporación de las cosas que te dan “vidilla” es la esencia de la conciliación de la vida personal y laboral. Porque esas dos partes tienen vasos comunicantes . Están muy unidas la una y la otra. Por eso hemos de soñar con los pies en la tierra.

Óscar Rollón www.oscarrollon.com

¿Cuánto tiempo hace que no… ?

Estamos hablando de tu ámbito más profesional, pero la vida personal también juega un papel clave para la felicidad en tu carrera. Han de estar diferenciados, cada uno en su sitio. Es cierto que para conseguir el éxito en cada una de esas facetas es conveniente estar plenamente en el trabajo mientras se está en el trabajo, y plenamente en casa mientras se está en casa, pero… ¿y si sólo vivimos para lo que ocurre en casa? No rendimos en el trabajo ni en casa. ¿Y si sólo vivimos para lo que ocurre en el trabajo? No rendimos ni en el trabajo ni en casa.

Por eso las dos áreas han de estar equilibradas. Para motivarte en tu tarea diaria una de las claves es conseguir la felicidad en otro lugar. Todos tenemos pasiones, aficiones que nos encantan, actividades que nos aportan poderío. A mí me encanta dibujar, estar con mi gente, viajar y otras muchas cosas. ¿Cuáles son las que más te gustan a ti?

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Te invito a imprimir esta página y a escribirlas en el siguiente recuadro.

Fíjate bien en ellas, porque… ¿cuánto tiempo hace que no las practicas?

Reflexiona. Piensa. Dedícate unos minutos.

¿Ya? vale, esperamos un poco más, tómate tu tiempo.

¿Cuál es la respuesta? De todas esas cosas que te dan vidilla… ¿existe alguna que eches mucho de menos? Ordénalas según su importancia para ti en el siguiente hueco.

ImageCuando termines puedes pensar por cuál quieres empezar para incorporarla a tu rutina personal con la frecuencia que tú quieras. Teniendo en cuenta que eres el que se traza el plan con lo que desees incluir en tu vida. Lo que sea necesario para ti, lo que te estimule, lo que te da vidilla.

Cuánto más nos enfoquemos en cosas que nos gustan, más sencillo nos resultará afrontar lo desagradable, lo que nos amarga, lo que deseamos cambiar. Nuestras neuronas empiezan a entrenarse poco a poco para el disfrute, y comienzan a dejar atrás la frustración.

Así que te propongo un juego. Escoge tres elementos de la lista de “cosas que me dan vidilla ordenadas”. Elabora un plan para incorporarlos a tu vida con la frecuencia que puedas y quieras. Es importante establecer:

  • Las veces en la semana que las vas a hacer.
  • ¿Cuándo y durante cuánto tiempo?
  • ¿Qué te hace falta para ello? Si te hace falta algo… ¿cuándo y de qué manera lo vas a conseguir?
  • ¿Cómo lo vas a hacer?

Anótalo todo en un plan y fírmalo. Comprométete contigo porque es el primer paso para convertir tu trabajo en un placer.

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Óscar Rollón

Coaching, Creatividad y Talento

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ECONOMÍA CELULAR

¿Qué parte ocupamos cada uno en la Economía? ¿Hasta dónde podemos llegar en la escala global? ¿Y en nuestra organización? ¿Cuál es nuestro verdadero área de influencia?

Os voy a proponer un nuevo punto de vista. Un viaje a vuestro propio centro, en el que vais a ser el protagonistas absolutos. Un encuentro con el yo, pero de una manera diferente. Olvidaos del egocentrismo porque aquí estamos en contacto con los demás. Pero lo único que podemos gestionar es nuestra esfera personal. ¿Y cómo lo llamamos esto en el área de los negocios? Economía Celular.

Formamos parte de un organismo global, sí es cierto. Pero, ¿por qué si hay un esguince las células del pulmón actúan y se echan linimento como si trataran al esguince? Las células del pulmón no se pueden tratar así, y sin embargo, muchas lo hacen.

Es lógico que las células del pulmón estén al tanto del esguince, y hagan todo lo posible porque mejore esa dolencia. Pero no con linimento. Ellas podrán absorber mejor el oxígeno para que la sangre siga su camino por la anatomía. Así pueden ayudar a curar el esguince.

Si traspasamos este concepto al punto de vista organizacional, ahí tenemos la clave. Cada uno somos células que tienen unas funciones determinadas y desde ahí podemos hacer la evolución en el entorno más cercano y en el escenario global. Dentro de nuestras funciones, dentro de nuestras competencias. ¿Y cómo? Convirtiéndonos en la mejor célula posible. Consiguiendo cada día hacer nuestro trabajo con excelencia y maestría.

Podemos ser un recepcionista excepcional. Con aparentemente poco poder dentro de una compañía, pero nuestro buen hacer repercute en el todo. Porque la siembra siempre tiene su recogida.

Podemos ser una directiva excepcional. Con aparentemente poco poder en la evolución de un sector, pero nuestro buen hacer repercute en todo. ¿Qué estamos sembrando? ¿Qué deseamos recoger?

Evidentemente, existe la posibilidad de que la siembra no sea la esperada. Y en esos momentos es cuando la maestría verdaderamente se vuelve sublime. Seguir motivado y con una visión mayor que ese resultado es lo que verdaderamente nos hace grandes profesionales.

Directivos, ejecutivos, empleados varios… poned en marcha la Economía Celular. La manera es haciendo una reflexión sobre las siguientes cuestiones.

  • ¿Estoy ofreciendo lo mejor de mí en el trabajo?
  • ¿Cómo puedo mejorar directamente mi ámbito laboral?
  • ¿Qué cualidades intrínsecas a mí mismo puedo aportar a mis tareas?
  • ¿Cuáles son las claves para tener mayor motivación en mi puesto?
  • ¿De qué áreas que no dependen de mí me estoy preocupando?
  • Si no dependen de mí, ¿por qué me preocupo?
  • ¿En qué medida podría yo mejorar si esas circunstancias no influyeran?
  • ¿Qué barreras tengo para ejecutar mi trabajo en mi propio ámbito?
  • ¿Cuál serían las acciones que podría tomar para superar esos obstáculos?

Piénsalo, tómate unos momentos para tomar conciencia de tu verdadero ámbito de Economía Celular. Si eres una célula, conviértete en la mejor célula. Dentro de tu esfera, con las cosas que haces cada jornada. Escribe las respuestas y utiliza una estrategia para aplicarlo en tu día a día.

Si eres la mejor célula, con el tiempo, puedes enseñar a otras células a desarrollar sus competencias. Todas juntas harán que el órgano económico funcione mejor. Y el cuerpo global acabará estando sano.

Propongo un ejercicio. Nada más llegar al puesto laboral valora cómo va a ser tu día. Ponte una cifra alta… durante toda la jornada lucha por tener esa evaluación en mente. Todos los reveses tómatelos como una oportunidad de subir nota. Porque si cuando te vas a casa logras tener una nota elevada. La satisfacción será extrema. Y una célula feliz hace una Economía feliz.

REFLEXIÓN: No hemos hablado de las células cancerígenas de las organizaciones. Seguro que todos conocemos alguna. Ellas sí que consiguen traspasar su membrana y hacer que las demás se contagien. Si ellas pueden influenciar, nosotros también con nuestra excelencia.

Óscar Rollón

Coaching, Creatividad y Talento

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CINCO RACIONES AL DÍA, LA RECETA PARA LA MOTIVACIÓN INTRÍNSECA

En nutrición se habla de que para estar sano es conveniente consumir cinco raciones de fruta y verdura al día. Vamos a hacer una analogía entre la salud y la motivación.

La motivación sería un ejemplo de ejercicio óptimo en área laboral. Algo de lo que nos responsabilizamos nosotros como individuos y no exigimos a la organización que nos la proporcione. Al igual que tomamos como propio el objetivo de mantener a tono la salud, estar motivados es una labor que requiere entrenamiento personal e intransferible.

Una tarea de la que podemos disfrutar mucho si echamos mano de un viejo secreto. Se puede tener mucha diversión centrándonos en el propio trabajo en sí, y no en los beneficios que nos puede reportar. Esto ayuda a que nuestro día a día tenga más sentido porque las actividades de cada jornada son un auténtico deleite. No sólo el bonus o los beneficios que pudiéramos recibir a fin de año.

Dicho así, en frío, pudiera parecer un lavado de cerebro, un consuelo para aceptar de manera elegante la resignación de una situación incómoda, e incluso, una tontería descomunal.  Pero, ¿qué es lo que deseamos obtener de nuestra vida? ¿El bonus anual o un bonus cada día?

Para conseguir ese bonus diario un método muy útil es incorporar las cinco raciones. Cinco raciones motivadoras que nos dan vidilla, que nos alegran, que nos dan poderío… llevar las cosas a nuestro terreno y no dejarnos engullir por las cosas. ¿Cómo? Cambiando el foco de lo que no nos gusta y centrándonos en las acciones que nos aportan valor y en las que aportamos valor.

Todos nosotros tenemos algo que nos hace únicos e irrepetibles. Puede ser desde cantar de una manera determinada, empatizar con los niños, pegar un chute espectacular con el balón o hacer rosquillas deliciosas.  Eso está ahí y estará siempre, es un tesoro que podemos compartir con nosotros y con los demás. Y lo mejor de todo, es que realizando estas acciones nos sentimos realmente bien, y nuestra actitud cambia. Si cada jornada nos proponemos dedicar un momentito de cada día a cinco cosas de estas, nuestra vida en valor global, va a cambiar. Nuestra actitud va a cambiar. Nuestra motivación estará ahí.

El cerebro se centra en esas cosas que nos alegran y poco a poco aprende a dejar de lado aquellas cosas que nos inquietan. Eso sí, tras un período en el que hayamos realizado un plan para incorporar esos elementos que tanto nos aportan en nuestras actividades diarias.

Si nos gusta la música, dediquémonos un rato a disfrutar de nuestros temas favoritos. Si nos gusta el deporte, lo incorporamos a nuestros planes. Si nos gusta reírnos, busquemos nuestro chiste del día. Cada uno tenemos nuestras aficiones y las cosas que nos encantan. ¿Cuáles son las actividades que alimentan tu motivación intrínseca?

Reflexiona unos momentos y escríbelas en un papel. Una vez lo hayas realizado, piensa de nuevo, ¿cómo las puedes incorporar en tu agenda?

¿En qué momento?

¿Cuándo es más apropiado?

¿Qué puedes hacer exactamente?

Dentro de ti tienes las respuestas. Y si incorporas las cinco raciones, tu salud-motivación, aumentará. Hay que tener constancia y proponerse introducir esos elementos nuevos para crear un hábito, pero la vida profesional se enriquecerá y la personal también.

¿Qué cinco raciones puedes introducir en tu vida para tener más motivación? Piénsalo.

Y si además, logras llevarte alguna de ellas directamente al trabajo, esa motivación repercutirá directamente en tu rendimiento. Serás más fuerte en el puesto laboral. Las amarguras de la profesión serán mucho más fáciles de superar, porque así tendrás tus neuronas adiestradas para enfocar el escenario desde tus fortalezas, desde tu poderío, de una manera más creativa.

¿No te lo crees? ¿Cómo se siente uno cuando deja de hacer las cosas que le gustan? ¿Cómo se siente uno cuando resulta ser engullido por una agenda en la que no hay cabida para las cosas que te dan valor?  ¿Cómo te sientes cuando acabas erradicando lo que te encanta?

Con las cinco raciones, esos cinco momentos de la jornada en lo que exploras tu parte más potenciadora, no te diluyes por la agenda. Vives las cosas, pero tú no acabas siendo erradicado. Al contrario, tu “yo auténtico” está más a flor de piel que nunca.

¿Qué plan tienes entre tus compromisos para integrar las cinco raciones de motivación al día? De estas pequeñas acciones depende que seas un gran profesional a expandir tu mejor faceta como profesional, y eso se produce mimando tu faceta personal. Porque, como individuos, hemos de conciliar ambas facetas.

Óscar Rollón

Coaching, Creatividad y Talento

www.oscarrollon.com